Arándano en Perú
- YULIÑO VEGA MORENO
- 29 mar 2017
- 7 Min. de lectura
El arándano, conocido bajo el nombre científico Vaccinium myrtillus, es un fruto pequeño pero grande a la vez, ya que contiene múltiples propiedades que benefician a la salud, dentro de las cuales se puede mencionar las propiedades adelgazantes.
Arándanos en Perú: Situación actual y perspectivas
Tal como alguna vez ocurrió con la palta y la uva de mesa, el Perú busca introducir los arándanos a su oferta exportable, una fruta que hasta cuatro años nadie hablaba de ella, pero que hoy está seduciendo por igual a grandes compañías y a pequeños productores -que ya suman unas 200 ha en todo el país-, principalmente por su alta rentabilidad y por la oportunidad de ocupar una ventana comercial en una época en que existe desabastecimiento en todo el mundo.
Las siguientes páginas dan cuenta del tímido despegue del cultivo en el país, de los problemas que se han superado y de las trabas que aún quedan por solucionar.
El cultivo del arándano en el Perú ha comenzado tímidamente y en silencio, rodeado del secretismo más absoluto en algunas zonas productoras del país. De la primera plantación que se tiene registro en 2008 poco se sabe, sólo que se trataban 10 ha donde había 100,000 plantas en un campo de Arequipa, la mayoría de ellas muertas al poco tiempo de plantadas.
En cuatro años, la situación ha cambiado. Hay más profesionalismo en un sector donde es raro ver una gran debacle en una plantación. Lo que no ha cambiado es que el desarrollo ha continuado tímidamente y en silencio, rodeado del secretismo más absoluto en algunas zonas productoras del país.
“Hoy en ningún país del mundo podría haber un boom del arándano como podría ser en el Perú”, afirma José Francisco Unzueta, gerente de Blueberries Perú, un vivero de capitales chilenos que se instaló en la localidad de Cañete. “Perú es el único país donde actualmente se ve una posibilidad de desarrollo fuerte del arándano”, continúa. Eso, teniendo en cuenta que en las principales zonas productoras del mundo no se están sumando nuevas hectáreas e, incluso en Argentina han disminuido.
Pero lo cierto es que en el Perú se avanza poco. Las pruebas generalmente se han hecho en pequeñas superficies y, según afirma Unzueta, “aún son pocos los que se lanzan”. Pero, ¿qué los frena? La barrera principal es la económica. Establecer una hectárea de arándanos en el Perú tiene un costo promedio de US$ 30.000, donde el principal gasto está en las propias plantas, y sin considerar el terreno.
¿Y los retornos? Depende cómo se maneje el cultivo y de las toneladas que se puedan obtener. Algunos cálculos señalan que cosechando 15 t/ha, y estabilizándose los precios en unos cuatro o cinco años, los retornos al productor se proyectarían entre los US$ 70.000 y 80.000/ha. Las estimaciones bajarán o subirán de acuerdo a las toneladas producidas a los precios internacionales.
SE NECESITAN RESULTADOS PARA QUE EL CULTIVO DESPEGUE
Resultados. Eso es lo que se necesita para que el cultivo realmente despegue en el país. En otras palabras, se necesita fruta, de buena calidad, que llegue a los mercados, que lo haga en buenas condiciones y que al consumidor le guste.
“Cualquier iniciativa que realicen las grandes empresas del país metidas en el cultivo, será bueno para el desarrollo de esta incipiente industria”, dice el chileno Felipe Rosas, consultor internacional en berries, que hoy es la contraparte técnica en un proyecto del organismo estatal Sierra Exportadora para desarrollar el cultivo del arándano entre los pequeños productores de la Sierra peruana.
El otro obstáculo es el conocimiento sobre el cultivo. “No hay expertos peruanos en arándanos, ni en aspectos técnicos ni en temas de agronegocios”, afirma Rosas. “Y eso claramente juega en contra”, prosigue.
LA VENTANA COMERCIAL ESTÁ EN SEPTIEMBRE Y OCTUBRE
La oportunidad de desarrollo es la mejor, pero hay que definir bien la ventana comercial que se desea atacar y, que en el caso del Perú es cuando acaba la producción de EEUU y todavía no empieza la producción de Argentina ni la de Chile. Es decir, entre los meses de septiembre y octubre.
“Aquí habrá que adaptar el cultivo para poder salir antes que Chile”, afirma Álvaro Espinoza, gerente de Arándanos Perú, un vivero ubicado en Huaraz, de capitales peruanos y chilenos. Además precisa que la calidad será diferente a la de los arándanos chilenos. “Hay zonas del Perú donde se obtendrá fruta de buena calidad, pero en poca cantidad como en la Costa, donde se está produciendo fruta de buen color, buen peso y buen tamaño, dependiendo de la variedad”, afirma. Por contrapartida, se presume que en la Sierra habrá más fruta, pero la calidad será menor.
Sin embargo, si escasean las plantaciones, escasea también la venta de plantas. Y hay una buena cantidad de ellas esperando ser sembradas en alguna zona del país. Blueberries Perú tiene una capacidad anual de producción de 2 millones de plantas, aunque si el cultivo despega definitivamente, “podemos llegar a multiplicar hasta 4 millones de plantas”, cuenta Unzueta. Un trabajo ‘fácil’ para todo vivero cuando hay movimiento, pero que se complica cuando la situación es opuesta.
Si no se venden plantas, la opción más económica para un vivero es eliminarlas y hacer nuevas para la siguiente campaña. Pero todos esperan que éste no sea el escenario que reine en el Perú.
Ante un cultivo rentable como el arándano, sería raro que no se sembraran 500 ha de prueba en los próximos años. Y eso significaría unos 2,5 millones de plantas que necesitan ser suministradas por los viveros locales, pero también por los estadounidenses como Fall Creek, un gigantesco vivero de arándanos que está trayendo el material directamente desde EE UU.
Como se trata de un cultivo nuevo en el país, el precio de cada planta varía ente US$ 4 y US$ 6, valores que se tenderán a estabilizar cuando se masifiquen las plantaciones. Aunque aún es pronto para pronosticar el crecimiento del cultivo en el Perú, los especialistas calculan que se podría llegar a unas 10.000 ha sembradas. Eso, en términos de plantas, supondría unas 50 millones.
SÓLO HAY 200 HA SEMBRADAS
Lo cierto es que hoy sólo existen unas 200 ha sembradas, la mayoría de ellas ubicadas en zonas de Costa. En el futuro próximo asoman distintos proyectos que sumarían otras 700 ha aproximadamente.
Para los involucrados en este sector es preciso que se conozcan resultados de aquellos proyectos que ya están en marcha. “Casi no se ha visto fruta”, cuenta un entrevistado. Si se ve lo que hay y con qué calidad sale de los campos, el interés de los productores y las superficies podrían aumentar, tal como ha ocurrido con otros frutales en el país.
Mala, Cañete, Arequipa, La Libertad, Caraz, Trujillo, Pisco, Cajamarca, Cusco y Lima son las localidades que hoy cuentan con al menos una hectárea de arándanos. “Las superficies nuevas andan bien, pero las más antiguas están en decadencia, porque fueron las primeras y se hicieron mal, por el desconocimiento que había sobre este cultivo en el país”, afirma Rosas. Asimismo, había arribado gente al negocio que lo único que quería era vender plantas, sin importar nada más, y eso perjudicó el desarrollo de un cultivo, donde hoy ocurre todo lo contrario.
En aquellas nuevas superficies hay proyectos que van desde 1 a las 50 ha, sembradas en suelo o en bolsa. Los de mayor tamaño están en manos de grandes compañías como Camposol y Grupo Rocío. Según ha podido averiguar Redagrícola (las empresas desistieron de dar entrevistas), Camposol manejaría hoy 50 ha y tiene planes para sembrar en 2013 otras 100 ha. El otro gran proyecto del país lo maneja el Grupo Rocío y que involucraría 500 ha, de las cuales ya tienen sembradas 50 ha.
Recientemente, y tras una visita a las parcelas de arándanos de la Empresa Agrícola Athos, el presidente ejecutivo de Sierra Exportadora, Alfonso Velásquez, comprobó que las iniciativas empresariales privadas que están cultivando arándanos van por muy buen camino en el Departamento de Ancash.
Agrícola Athos acaba de instalar con éxito en Caraz unas 10 ha de arándano, que producirán para el mercado externo dentro de un año y medio. En la misma Caraz, otra empresa privada, Intipa Foods, también ha plantado 30 ha destinadas principalmente a la exportación.
En muchos casos, sean grandes o pequeños proyectos, el hermetismo es el común denominador. Y no es extraño tratándose de un cultivo caro y de alta rentabilidad, al que todos querrán subirse al carro si es que se confirman los buenos resultados que se esperan de esta fruta en el Perú.
“El desarrollo del arándano en el Perú vendrá de la mano de las grandes compañías frutícolas”, afirma Rosas. Y eso, ineludiblemente, está asociado al desarrollo del cultivo en Costa. Álvaro Espinoza ve también futuro en la Sierra, desde los 1,000 hasta los 2,500 msnm. “A esas alturas, y en términos de calidad de fruta, nos situamos en condiciones similares a las de Chile. A menos altura, no. Podemos producir, pero no en la calidad ni cantidad que produce Chile”, afirma. “Sobre esa altitud hay que revisar seriamente las condiciones climáticas, es decir, si llueve, graniza o hiela”, precisa Rosas.
Sea como sea, el arándano está fuera de su ambiente natural en el Perú. “Si viene un chileno tardará un par de campañas en darse cuenta de que la planta no produce como en Chile”, explica Unzueta. Y Espinoza concuerda: “Las asesorías de Chile y Argentina son importantes, pero no es todo, porque muchos llegan y aprenden sobre el terreno”. La geografía es una complicación para un especialista chileno, sobre todo cuando se le habla de pisos altitudinales, una realidad que no existe en el país del sur, donde la producción frutícola se desarrolla, en su mayoría, en valles cuyas altitudes van desde 200 a los 500 msnm.
Por ello es que el tema de la capacitación es clave cuando se está iniciando un cultivo, sin importar cuál sea. Perú necesita urgente especialistas peruanos en el cultivo del arándano en el Perú. Y eso involucra especialistas en nutrición, en plagas y enfermedades, en riego… que sepan manejar de la mejor forma cada una de las variedades.
¿CUÁL ES LA VARIEDAD ADECUADA?
Si de variedades se trata, al Perú se han llegado todas aquellas que, por cuestiones de licencia, se han podido traer. Básicamente es material genético estadounidense, pero que en su mayoría ha llegado desde Chile a través de viveros que se han instalado en el país. “Es importante comprar una planta certificada, conocida y que tenga un buen aspecto, porque las de tamaño pequeño no resisten y se mueren al poco tiempo”, advierte Rosas, quien hace hincapié que se deben buscar aquellas que mejor se adapten a los diferentes pisos altitudinales. “Se debe tener cuidado con las modas, algo de lo que Chile aprendió cuando se trató de introducir ciertas variedades que después no funcionaron”, advierte. O’Neil, Duke, Brigitta, Legacy, Misty y Biloxi son algunas de las variedades que se han introducido. Debido a que el Perú no ha firmado los protocolos de propiedad intelectual no se ha podido ingresar material genéticode última generación como pueden ser las variedades Palmetto o Jewel.
Tras ensayar con unas y con otras, los viveristas y productores han identificado aquellas que mejor se adaptan a las condiciones peruanas: Biloxi, Misty y Legacy. Para Unzueta, Biloxi es la mejor, “quizás no sea la que mejor fruto tiene, pero sí es la que mejor se ha adaptado a las zonas de producción en la Costa”.
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